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Jorge Chávez
Editor en Jefe

Un fanático de las docuseries y amante de la comida que siempre está en búsqueda de convivir con la Madre Naturaleza.

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Semana Santa Cora: Un Viaje Espiritual al Corazón de la Sierra del Nayar

Por  Jorge Chávez
Abr. 7, 2025
8 vistas

En el corazón de la Sierra del Nayar, donde la espiritualidad se entrelaza con la memoria ancestral de un pueblo resiliente, se celebra una de las expresiones culturales más profundas y conmovedoras de México: la Semana Santa Cora, también conocida como La Judea. Este rito sagrado, que fusiona la narrativa cristiana con la cosmovisión indígena del pueblo Na’ayarij (cora), representa una oportunidad única de turismo cultural para residentes y visitantes de la Bahía de Banderas.

UNA TRADICIÓN DE RESISTENCIA Y COSMOVISIÓN
La Judea tiene lugar durante los días santos de la Semana Mayor (que en este 2025 será del 16 al 19 de abril). Este ritual se lleva a cabo en comunidades de la zona Cora Baja (San Juan Corapan, Presidio de los Reyes, Mojocuautla, Rosarito, San Juan Bautista, San Blasito, Huaynamota y San Juan Diego); así como en la zona Cora Alta (Santa Teresa, Dolores, Mesa del Nayar, San Francisco y, quizá una de las ceremonias más significativas es la del poblado de Jesús María, ubicado en el municipio de El Nayar).

SEMANA SANTA CORA
Esta celebración no solo es una representación de la Pasión de Cristo; es una narrativa simbólica sobre el ciclo de la vida, la fertilidad de la tierra y la lucha cósmica entre el bien y el mal. En ella, niños, adultos y ancianos se transforman en personajes como judíos, fariseos, moros, demonios y borrados, cada uno con un papel ritual que representa fuerzas universales y ancestrales.

Las actividades comienzan con un ritual donde las autoridades civiles ceden el poder al grupo ceremonial conocido como Los Centuriones, que en sus tradiciones representan el control del tiempo, espacio y de la vida pública de las comunidades.

El Miércoles Santo se lleva a cabo una escenificación fascinante de danza, donde los judíos negros y los romanos toman las calles, representando el mal naciente. Por la tarde exhiben la persecución a Jesucristo, mientras que otro grupo de judíos y apóstoles se pintan de blanco y recorren el pueblo en una procesión hasta llegar al centro ceremonial. Los judíos negros terminan con su ayuno que iniciaron al inicio del día, mientras que los judíos blancos bailan el resto de la noche para obtener comida. Luego se retiran y los judíos negros continúan con las danzas para terminar con el robo de maíz (un acto simbólico, ya que los campesinos donan parte de la cosecha con el fin de bendecir sus tierras).

Uno de los momentos más impactantes ocurre durante el Desfile de los Borrados (nombrados así porque cambian de personalidad al pintar sus cuerpos), donde un grupo de jóvenes semidesnudos transforman sus cuerpos en “demonios y estrellas”, y se ven como indios en guerra al cubrirse con cenizas de olote quemado. Entonces inician un combate a través de una coreografía que incluye machetes en mano, danzas, sonidos de flautas, tambores y gritos; mientras persiguen al Cristo Sol, recreando una lucha cósmica que culmina con su captura y muerte.

El punto cumbre de esta tradición ocurre con la resurrección del Cristo Sol (Sábado de Gloria), día donde los borrados se autodestruyen y caminan hasta el río de donde partieron al inicio de la ceremonia, con el objetivo de borrar cualquier rastro de su participación en este ritual. De este modo regresa la paz, simbolizando la restauración del equilibrio universal.

Todo culmina con una procesión al templo católico con una caminata de representantes de Cristo, la virgen María y San José, así como judíos, músicos y habitantes de la región.

UN VIAJE MÁS ALLÁ DEL TIEMPO
Para quienes desean participar como observadores en esta experiencia auténtica, respetuosa y transformadora, el mejor consejo es hacerlo a través de un guía acreditado, quienes comprenden las complejidades culturales que conlleva este ritual sagrado.

De esta manera, lo más recomendable es viajar y contactar previamente con una agencia de viajes de Tepic, Nayarit, quienes se encargarán de un traslado que puede oscilar entre dos y cuatro horas (dependiendo del poblado al que se tenga destinado ir):

  • Presidio de los Reyes – 2 h 15 min (110 km)
  • San Juan Corapan – 2 h 30 min (120 km)
  • Rosarito – 3 h (130 km)
  • Huaynamota – 3 h 30 min (150 km)
  • Santa Teresa – 4 h (165 km)
  • Mesa del Nayar – 4 h 15 min (180 km)
  • Jesús María (El Nayar) – 4 h 30 min (185 km)

Este viaje implica adentrarse en caminos de montaña, con tramos que requieren tomar ciertas precauciones.

Participar como observador en la Semana Santa Cora es ingresar a un universo donde el tiempo se detiene y los símbolos adquieren vida. Las danzas, los rostros pintados, los gritos rituales y los silencios ceremoniales nos recuerdan que esta tierra tiene memoria, que sus pueblos han sabido resistir desde hace siglos, y que su espiritualidad sigue floreciendo, justo como lo hace el maíz al llegar las lluvias.

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Jorge Chávez
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Un fanático de las docuseries y amante de la comida que siempre está en búsqueda de convivir con la Madre Naturaleza.

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