Día Nacional del Charro: Celebrando la Esencia de México
Este 14 de septiembre, México celebra el Día Nacional del Charro, una festividad que se encuentra entrelazada con la historia y esencia misma del país. Esta fecha conmemora la charrería, un deporte que ha sido ungido como uno de los tesoros nacionales por excelencia.
El significado de esta celebración se remonta a los antecedentes históricos que abrazan la charrería en México. Fue en 1934 cuando el entonces presidente de México, Abelardo L. Rodríguez, decidió instaurar el Día Nacional del Charro, siguiendo la estela de su predecesor, Pascual Ortiz Rubio (1930-1932), quien había emitido un decreto que reconocía al traje de charro como un símbolo inquebrantable de la mexicanidad.
La Distinción del Charro Mexicano
Definido con elegancia, un charro mexicano es un jinete que viste un traje especial compuesto de chaqueta corta, camisa blanca y un sombrero de ala ancha y alta copa cónica, con pantalón ajustado para los hombres y falda larga para las mujeres.
Es crucial destacar que la charrería fue oficialmente proclamada como el “deporte nacional” durante el mandato del expresidente Manuel Ávila Camacho (1940-1946). Sin embargo, su estatus alcanzó cimas más elevadas en 2016, cuando la UNESCO le otorgó el reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Las Raíces de la Charrería
La charrería es una disciplina que fusiona la equitación con otras habilidades ecuestres y la destreza del jinete en las suertes charras, lo que la convierte en un auténtico emblema de orgullo mexicano. Sus raíces se ubican a la época de la Conquista española, específicamente a finales del siglo XV y durante el siglo XVI.
En aquellos tiempos, los indígenas que utilizaban caballos en labores cotidianas empezaron a retar sus habilidades para dominar a los animales en amistosas competencias, dando origen a lo que hoy conocemos como charrería.
Las charreadas, con su despliegue ecuestre, presentan a jinetes experimentados que guían a sus caballos a toda velocidad desde el fondo del ruedo para detenerlos con precisión metros antes de alcanzar el otro extremo, demostrando un control absoluto sobre los equinos y un asombroso equilibrio en la silla de montar.
El Esplendor de las Charreadas
En este maravilloso espectáculo también brillan las escaramuzas, formadas por mujeres ataviadas con trajes bordados, moños, botas y sombreros, que deslumbran al público con su elegante danza ecuestre, evocando la gracia de un baile en la pista.
Las charreadas, también conocidas como “fiestas de charros”, incluyen Honores a la Bandera de México y una serie de suertes charras, entre las que se reconocen la cala de caballo, piales en el lienzo, coleadero, jineteo (toro y yegua), manganas (a pie y a caballo) y paso de la muerte.
En la actualidad, existen más de 500 asociaciones de charros en México y en diversos estados de los Estados Unidos, como Texas, Nuevo México, Arizona, Colorado e Illinois.
El Día Nacional del Charro se convierte así en una oportunidad invaluable para celebrar y rendir homenaje a esta rica tradición ecuestre y cultural que forma parte integral de la identidad mexicana.
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