Día Nacional del Tequila: Un Brindis por la Identidad Mexicana

El 24 de julio de cada año, se celebra en México el Día Nacional del Tequila, una fecha dedicada a rendir homenaje a esta bebida espirituosa que ha conquistado paladares en todo el mundo y que, con cada sorbo, encapsula siglos de historia, identidad y cultura.
Originario del estado de Jalisco (cuna indiscutible del tequila), este destilado no solo es el más representativo de México, sino también un símbolo internacional de mexicanidad. Su sabor inconfundible, elaborado a partir del agave tequilana weber variedad azul, refleja el carácter de una tierra rica en tradiciones, volcanes y paisajes agaveros, estos últimos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2006.
El proceso para obtener un buen tequila es tan meticuloso como fascinante. El agave debe alcanzar entre 8 y 10 años de maduración y llegar a los dos metros de altura antes de ser cosechado. Luego, su transformación artesanal da paso a una bebida que puede dividirse, principalmente, en dos grandes variedades según su región de origen: el tequila de los Altos de Jalisco y el de los Valles.
El de los Altos se cultiva en suelos rojizos y con muchos minerales, lo que le aporta notas dulces, florales y afrutadas; mientras que el tequila de los Valles, con influencia del agua volcánica del Pueblo Mágico de Tequila, ofrece sabores más herbales y terrosos. Cada variedad cuenta su propia historia y ambas son dignas de degustarse con atención y respeto.
Aunque Jalisco lidera la producción (con más del 80 % del valor del mercado nacional), los estados de Guanajuato y Nayarit también contribuyen de forma significativa al cultivo del agave tequilero. Esta producción diversa ha dado pie a una gama impresionante de etiquetas, estilos y experiencias sensoriales que han consolidado al tequila como un embajador de la cultura mexicana.
En el estado de Jalisco, es común encontrar refrescantes bebidas tradicionales a base de tequila que son perfectas para los días soleados. Desde la clásica margarita hasta preparaciones más locales como la “cantarita” o el “tejuino con piquete”, cada receta ofrece una nueva forma de descubrir los matices de este destilado ancestral.
Más allá de la bebida, el tequila representa el esfuerzo de generaciones, la riqueza del campo mexicano y el arte de transformar un producto de la tierra en una experiencia de sabor. Por eso, alzamos hoy la copa para brindar no solo por una bebida, sino por un legado que nos une y que continúa evolucionando con creatividad y respeto por sus raíces.
¡Salud!
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