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Raicilla: Tradición Ancestral en el Occidente de México

Jorge Chávez
Abr. 28, 2025
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Más allá del tequila y el mezcal, existe un destilado que ha sido testigo silencioso de la historia y la identidad de las regiones costeras y serranas del occidente mexicano: la raicilla. Con más de 400 años de antigüedad, esta bebida artesanal ha logrado mantenerse vigente gracias a la transmisión generacional de técnicas y saberes que hoy le otorgan un lugar privilegiado en el mapa de los destilados mexicanos.

Originaria de los estados de Jalisco y Nayarit, la raicilla se elabora a partir de agaves silvestres que crecen en paisajes agrestes. Su producción, antaño clandestina debido a las restricciones impuestas durante la época colonial, se realizaba en pequeños lotes por artesanos locales. Hoy, con denominación de origen, la raicilla se reconoce por su perfil complejo, terroso y ahumado, y por representar la autenticidad de sus pueblos.

De acuerdo con el Instituto de Información Estadística y Geográfica (IIEG), existen dos tipos principales de raicilla: de costa y de sierra. La raicilla de costa se caracteriza por su sabor ahumado y se produce en municipios como Cabo Corrientes (Jalisco) y Bahía de Banderas (Nayarit), utilizando agaves angustifolia haw y rhodacantha. Su historia se remonta a la influencia filipina traída por los españoles en el siglo XVI, que introdujo un método de destilación en horno de pozo.

En contraste, la raicilla de la sierra tiene un perfil más limpio y frutal, y se origina en zonas como San Sebastián del Oeste, Mascota y Talpa de Allende (Jalisco), donde se utiliza un sistema de destilación en superficie de origen árabe, similar al del tequila. Los agaves empleados en esta región incluyen valenciana, maximiliana e inaequidens.

Ya sea en un coctel o servida “derecha”, la raicilla representa una forma de saborear la historia, la tierra y la creatividad de Jalisco y Nayarit.

¡Disfrútala!

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