San Pancho: Un Microdestino Chic y Bohemio

Al norte de la Bahía de Banderas se encuentra un microdestino que destaca por su ambiente bohemio: San Pancho, Nayarit, un pequeño pueblo pintoresco cuyo encanto se manifiesta a través de sus calles, gente amable, deportes acuáticos, sentido de pertenencia, ambiente amigable para las mascotas y diversas actividades culturales que lo hacen único y llamativo para visitar.

En San Pancho, lo más común es recorrer la Av. Tercer Mundo y/o sus alrededores, que es donde sucede la mayor parte de la actividad. En este pueblito es fácil de apreciar el sentido de pertenencia de su comunidad, así como la cultura y activismo de sus habitantes a través de los festivales y exposiciones que se llevan a cabo continuamente. También descubrirás a los grupos ambientales de conservación de aves, tortugas marinas, jaguares y otras especies, quienes además le ofrecen la oportunidad de involucrarse en sus actividades de voluntariado tanto a visitantes como residentes.

La playa de San Pancho es tan amplia y pacífica que prácticamente está disponible para disfrutarla en su totalidad. Aunque es más adecuada para deportes acuáticos que para nadar, cuenta con varios restaurantes con instalaciones públicas.

El ambiente de San Pancho va de la mano con la oferta culinaria de este microdestino de la Riviera Nayarit. En este pueblo abundan restaurantes básicos y varios más que ofrecen una sensación sofisticada u orgánica en sus menús.

San Pancho ofrece una interesante selección de tiendas que venden artesanías provenientes de todas partes de México. Los artistas locales han abierto galerías donde los diseñadores de joyas exhiben sus creaciones o los pintores venden sus piezas originales. Por otro lado, algunos huicholes se han instalado en el malecón, ofreciendo sus delicadas y meticulosas obras de arte.

Aunque la vida nocturna de San Pancho es tranquila, nunca hay escasez de actividades en este microdestino. Antes de que caiga la noche, puedes realizar una caminata por sus playas y enseguida disfrutar de una buena cena en algún restaurante. Escuchar la música en vivo de las bandas locales en un bar o ver una exposición fotográfica es un imperdible en este pueblito.