Santa María del Oro: Viaje a una Laguna Mítica

Uno de los atributos del Occidente de México es que ofrece varios tipos de ecosistemas, por lo que los visitantes que arriban a esta área pueden disfrutar de múltiples bellezas naturales. De esta manera, en esta ocasión partimos del litoral hacia la montaña para visitar una laguna ubicada a aproximadamente tres horas de Puerto Vallarta en automóvil. Durante mucho tiempo, este cuerpo de agua estuvo rodeado por un misterio, pues se desconocía su profundidad. Además, se le atribuye una leyenda mitológica. Actualmente, es uno de los principales sitios de interés del estado de Nayarit.

La Laguna de Santa María del Oro se encuentra dentro del municipio que lleva el mismo nombre, el cual hace referencia a la santa patrona del lugar y a la actividad minera registrada durante el período del Virreinato, en el que nuestro país formó parte de las colonias españolas. Para llegar a este poblado, es necesario conducir sobre la carretera 200, dirección norte, y tomar la desviación hacia Compostela. Aproximadamente 30 minutos después de pasar la caseta de cobro de esta localidad, se encuentra la salida hacia Tepic y poco después la ramificación que dirige a Santa María del Oro. Desde la ventanilla del vehículo, puede observarse el paisaje montañoso y boscoso característico de esta zona. La temperatura también cambia y se puede percibir un clima más templado. Por tanto, es un escape sugerido para cualquier residente estacional o visitante que desee hacer una pausa de sus vacaciones en la playa para explorar otras latitudes.

Al llegar al municipio, sucede el encuentro con una comunidad muy tradicional, cuyo punto neurálgico es la plaza principal, adornada por un quiosco. A dos cuadras, se encuentra el Templo del Señor de la Ascensión, un monumento de estilo barroco que data de 1594. De acuerdo con registros históricos, el conquistador español Nuño Beltrán de Guzmán llegó a estas tierras atraído por sus riquezas y donó este inmueble a la comunidad. Anexo a este edificio se encuentra El Curato, una finca parroquial abierta al público que despliega arte sacro y un jardín. Se trata de un sitio ideal para la contemplación y el entendimiento de la estrecha relación entre la religión y el pueblo. Asimismo, los visitantes pueden tomarse algunos minutos para descansar en la tranquilidad de esta villa antes de volver a tomar el vehículo y dirigirse hacia la laguna, que se encuentra a escasos 10 kilómetros de distancia.

Una Belleza Imponente

A un costado de la vía que lleva del poblado a la principal atracción del lugar, se encuentra el Mirador Jacarandas, una explanada ideal para admirar por primera vez la dimensión de la Laguna de Santa María del Oro y las casitas que rodean la orilla, así como para tomarse una fotografía con la vista panorámica de fondo. Dado que la forma de la laguna es asimétrica, su diámetro mide aproximadamente dos kilómetros en los puntos más distantes y poco más de un kilómetro en los más cercanos.

A lo largo de los años, han sido muchas las teorías que han surgido por parte de los pobladores con respecto al surgimiento y el tamaño de esta maravilla natural. Una de ellas sugiere que se trata de un cráter secundario del volcán Ceboruco, ubicado en el municipio de Jala. Probablemente, de este planteamiento se derivó la idea generalizada que asevera que la laguna no tiene fondo. Sin embargo, un estudio reciente del Laboratorio de Paleolimnología del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México determinó que la profundidad máxima de este cuerpo de agua es de 60 metros.

Adicionalmente, existe una leyenda mitológica que relata que este sitio nació como resultado del amor prohibido entre Tepozilama, hija del rey de la ciudad de Michiztlán y el príncipe Pintontli, enemigo del jerarca. Cuando este último se enteró que la pareja se veía a escondidas, ordenó que los ataran uno frente al otro en un árbol sin poder tocarse. Las lágrimas que ambos derramaron formaron el lago. Aunque la historia es ficticia, su belleza es equiparable a la del paisaje del lugar.

Actividades

La Laguna de Santa María del Oro sostiene la certificación Blue Flag de la Fundación por la Educación Medioambiental (FEE, por sus siglas en inglés), una organización internacional que reconoce a las playas, marinas y lagunas que cumplen con estándares óptimos en cuanto a calidad del agua, despliegue de información, seguridad y servicios. Así, actividades como paseo en kayak, paddle boarding, esquí acuático, caminatas dentro de bumper balls e incluso natación, se pueden practicar sin inconveniente alguno. Existen hoteles ubicados en torno a la laguna que proporcionan el equipo necesario para practicarlas o también se puede acudir a alguno de los operadores turísticos de la zona, como SAMAO Adventures, que también ofrece recorridos a las Cascadas de Las Ánimas y de La Silla, ubicadas en el poblado próximo de El Real de Acuitapilco.

Otras experiencias que puedes vivir en Santa María del Oro son paseos a caballo y en bicicleta, senderismo, lanzamiento en tirolesa y rapel, disponibles mayormente en fin de semana.

Al igual que la mayoría de destinos turísticos de México, el poblado en torno a la laguna cuenta con letras monumentales de colores que forman las siglas SAMAO y dan la bienvenida a los visitantes. Detrás de esta instalación, se encuentra una explanada y un muelle flotante que provee una vista simplemente impresionante. Por ningún motivo olvides cargar tu cámara cuando visites este punto.

Comida y Dulces Típicos

Alrededor de la laguna encontrarás varios restaurantes en donde puedes probar la comida típica de la región, al tiempo que disfrutas de la bella vista. Naturalmente, la mayoría de los recursos alimenticios provienen del cuerpo de agua y de los pueblos aledaños, pues las principales actividades del municipio son la pesca y la agricultura. Probablemente, el platillo más representativo es el Chicharrón de Pescado, elaborado a partir de filete de mojarra enharinado y frito; una verdadera exquisitez que puedes acompañar con tortillas y aderezo de chipotle casero. Otros platos disponibles son las Empanadas de Mariscos, Ceviche y Filetes de Pescado en diferentes presentaciones, así como los Camarones a la Diabla, al Aguachile, Empanizados y al Mojo de Ajo.

Después de saborear estas delicias, podrás degustar postres típicos como las Cocadas, elaboradas a base de coco rallado, cajeta, leche y miel de abeja; así como los singulares Jamoncillos o Dulces de Leche que contienen azúcar y nuez. En algunos establecimientos, también está a la venta la Capirotada al Horno, una especie de budín tradicional elaborado con pan de piloncillo.

El Retiro Ideal

La Laguna de Santa María del Oro es un sitio muy tranquilo y por tal motivo atrae a un tipo de visitantes que busca una estancia relajada y apacible. Aunque son varios los hoteles que operan en el área, existe una opción de alojamiento que destaca por sus instalaciones, estilo y servicios. Se trata de Santa María Resort Boutique Collection, una serie de suites y cabañas de madera frente a la laguna. El complejo disfruta de una privacidad privilegiada y está rodeado por naturaleza, por lo que es ideal para familias, parejas o amigos que deseen disfrutar de unos días alejados del bullicio de la ciudad.

Adicionalmente, cuenta con un restaurante, una zona común en la que se puede hacer uso de una alberca, acceso a la orilla del lago y muelles flotantes. Observar el amanecer o atardecer desde esta ubicación o desde la comodidad de tu cabaña, acompañado de una taza de café, es una experiencia única. Seguramente, luego de unos días de descanso, te sentirás con la energía renovada para regresar a Puerto Vallarta.

Una Última Parada…

En tu trayecto de regreso hacia el puerto, probablemente desees hacer una parada en el municipio de San Pedro Lagunillas, que cuenta con una laguna de dimensiones similares a la de Santa María del Oro. El poblado se encuentra prácticamente a la vista desde la carretera y la desviación es muy clara. Es una buena oportunidad para seguir conociendo rincones encantadores y la belleza natural del estado de Nayarit. ¡Buen viaje!