Dibujo a lápiz, una obsesión al detalle
Después de abandonar durante 15 años el arte que tanto le apasionaba, este dibujante y pintor que reside en Puerto Vallarta encontró en esta región la inspiración que tanto necesitaba para retomar su vocación artística.
Su nombre es Gabriel Serna. Dejó la Ciudad de México hace seis años y se trasladó a Bucerías, en la Riviera Nayarit, esperando encontrar nuevos retos y un lugar tranquilo donde vivir. Originario de San Luis Potosí, estado ubicado en el centro-norte de México, pasó muchos años en Ciudad de México, donde estudió y creció. En la ciudad, solía trabajar como desarrollador web a tiempo completo y de forma independiente, pero cuando llegó a la Bahía de Bannderas, Gabriel se dio cuenta de que tenía más tiempo libre y decidió retomar las dos actividades que había dejado de lado durante 15 años y que habían sido tan importantes en su vida: el dibujo a lápiz y la pintura al óleo.
Durante su infancia y adolescencia, Gabriel siempre tuvo un interés profundo por las artes visuales, inspirado por uno de sus hermanos que también dibujaba y pintaba desde pequeño. Gabriel cree que este ambiente artístico lo alentó a empezar a practicar este tipo de expresión, pero también reconoce que esta habilidad es innata: “Uno no decide especializarse en un medio artístico específico: el arte te elige a ti. Es algo que te atrae de forma instintiva y natural”, comenta. “Es así como empecé, explorando una actividad que me gustaba y en la que quería desarrollarme”.
Gabriel se inició en esta búsqueda artística a una edad muy temprana, dibujando retratos a lápiz. Para cuando cumplió 12 años, ya había recibido muchos pedidos para retratos por personas que estaban asombradas por su talento y por el meticuloso detalle en sus trabajos. Nunca tomó clases de dibujo. Él se considera un artista autodidacta, algo que considera una ventaja que le permite explorar el arte libremente y desarrollar sus propias técnicas. Sin embargo, confiesa que este ha sido un viaje lleno de desafíos, ya que en muchas ocasiones se encontró ante una encrucijada, lleno de dudas sobre su propio arte.
De hecho, Gabriel nunca tiene retos fáciles. La complejidad es una palabra que describe su trabajo, proceso artístico y personalidad a la percepción
El grado de dificultad de dibujar una cara humana es lo que más me atrae: ser capaz de capturar, no solo la similitud física, sino la expresión y los diferentes rasgos de esa persona. Estoy obsesionado con los detalles y las técnicas.
La pintura al óleo llegó despues y Gabriel descubrió en esta técnica la oportunidad de mostrar diferentes temas en sus trabajos, sin ceder en el largo proceso que invierte en cada pieza y el trabajo preciso que siempre ha caracterizado a sus obras. En sus pinturas, visualiza sus propios paisajes mezclando diferentes elementos e ideas. Se siente libre de dejar que su creatividad se adueñe del lienzo y todavía se sorprende por cómo, en ocasiones, el resultado final es muy diferente a su idea inicial, algo que definitivamente no sucede cuando dibuja un retrato.
Por desgracia, cuando Gabriel estaba en su veintena, sufrió una realidad que se repite entre jóvenes artistas: las personas a su alrededor comenzaron a decirle que ese trabajo no tenía ninguna salida laboral. Comenzó a perder confianza y nunca encontró a nadie que lo alentara a seguir dibujando, además de que tenía que responder a sus necesidades económicas. “Empecé a trabajar en otras actividades y, poco a poco, esos trabajos me mantuvieron alejado de lo que siempre quise hacer” menciona.
Ahora que está de regreso en lo que más le gusta, anima a jóvenes artistas a seguir sus instintos y confiar en sus talentos, y no caer en comentarios que los puedan desanimar. También considera vital buscar oportunidades en galerías de arte y rodearse de personas que te animen e inspiren a usar tu talento.
Siempre hay una historia detrás de cada retrato …
El proceso detrás de cada retrato toma un largo tiempo de desarrollo y requiere un meticuloso trabajo con lápices de diferentes grados —la dureza de la punta del lápiz. Cada rasgo facial implica horas de dedicación: cicatrices, arrugas, poros, ojos y pelo. Le encanta capturar caras enigmáticas y cuando le piden dibujar un retrato, intenta conocer a la persona, concertando una cita para una sesión de fotos para obtener el suficiente material que le permita capturar la esencia de esa persona sobre el papel.
Además de su trabajo como artista, Gabriel ha estado impartiendo un curso de dibujo artístico para niños y adultos en la Biblioteca Los Mangos desde el pasado febrero. Cada lunes y miércoles, comparte su experiencia con principiantes y entusiastas del arte.
La enseñanza ha sido todo un descubrimiento para mí. Es una forma de ir más allá de la pintura, porque lo que compartes con tus alumnos se quedará en ellos y tal vez ellos mismos compartan esas enseñanzas también, trascendiendo generaciones.
Conoce más acerca del trabajo de Gabriel Serna y su curso en la Biblioteca Los Mangos, siguiéndolo en sus diferentes redes sociales —Facebook, Twitter, Youtube e Instagram—o visita su sitio web en www.gabrielserna.com.
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