Jala: El Pueblo Mágico que Conecta con la Naturaleza, la Tradición y el Espíritu

A poco más de dos horas y media en automóvil desde el Aeropuerto Internacional de Puerto Vallarta, Jala se presenta como una escapada perfecta para un fin de semana. Se puede llegar por dos vías: la carretera federal libre o la autopista de cuota Tepic–Guadalajara. Cualquiera que se elija, el recorrido es una experiencia en sí misma: la carretera se abre paso entre un entorno selvático de verdes intensos y paisajes montañosos que van preparando al viajero para el encuentro con un pueblo que mezcla historia, espiritualidad y naturaleza.
Ubicado al pie del imponente Volcán Ceboruco, Jala fue reconocido en 2012 como el primer Pueblo Mágico del estado de Nayarit. Desde entonces, este lugar ha sabido conservar su esencia de comunidad ancestral. Sus calles empedradas, casas de adobe con techos de teja roja y templos históricos componen una estampa pintoresca que parece detenida en el tiempo, pero viva en tradición.

Interior de la Basílica Lateranense de Nuestra Señora de la Asunción.
En el corazón del pueblo se levanta la majestuosa Basílica Lateranense de Nuestra Señora de la Asunción, una joya arquitectónica que impresiona por su estilo neogótico y por estar construida con piedra volcánica extraída de la región. Su edificación comenzó a mediados del siglo XIX y, aunque nunca se concluyó del todo, su fachada simétrica, torres esbeltas y detalles tallados a mano la convierten en uno de los templos más bellos del occidente mexicano. Este recinto no solo es un punto de referencia espiritual para los habitantes de Jala, sino también un símbolo de la fe, historia y perseverancia de toda la comunidad.

Santuario de la Natividad de la Virgen María.
El Santuario de la Natividad de la Virgen María es un lugar emblemático de Jala. También conocido como “La Viejita”, fue construido en 1582. Es una iglesia de estilo románico y gótico hecha de piedra de cantera rosa, verde y amarilla.
Otro de los grandes atractivos de Jala es precisamente el Ceboruco, un volcán activo cuya última erupción registrada fue en 1870. Las formaciones de piedra volcánica que se aprecian en los alrededores dan cuenta de ese pasado ardiente y configuran un paisaje que, por momentos, parece de otro planeta. Este terreno accidentado y cargado de energía se ha convertido en un punto de encuentro para senderistas, amantes de la naturaleza y buscadores espirituales.

Volcán Ceboruco.
Más allá de sus experiencias espirituales, Jala también ofrece una rica gastronomía tradicional. Es común encontrar tostadas de pierna o de pata, enchiladas, tamales colados y dulces como torrejas y galletas de maíz. Las fondas del pueblo preparan estos platillos con recetas heredadas, servidos con una calidez que hace sentir como en casa. Para acompañar, el tejuino y las aguas frescas son imperdibles.

Tostadas tradicionales.
Quien visita Jala no solo descubre un lugar hermoso, sino que vive una experiencia profundamente humana. Ya sea recorriendo sus calles, explorando su volcán o compartiendo alimentos con sus habitantes, este Pueblo Mágico ofrece algo que trasciende a los visitantes: una conexión con lo auténtico.
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