Cada año, las playas de Puerto Vallarta se convierten en el escenario de una de las odiseas más conmovedoras de la naturaleza. Durante la temporada de anidación, que va de junio a diciembre, las tortugas marinas regresan a estas costas para cumplir con un ciclo de vida tan antiguo como el océano mismo. No es solo un espectáculo natural; es un recordatorio de la fragilidad y la maravilla de nuestro planeta.

Para residentes y visitantes, la oportunidad de presenciar este fenómeno es una experiencia verdaderamente singular. A diferencia de un avistamiento casual, participar en una liberación de crías de tortuga ofrece un sentimiento de propósito. Es un ritual tranquilo, donde el respeto y la admiración se entrelazan con la esperanza de que cada pequeña criatura encuentre su camino hacia el vasto mar.

MITOS Y REALIDADES DE LAS GUARDIANAS DEL OCÉANO

Aunque parecen criaturas serenas, las tortugas marinas son viajeras incansables. Las especies que anidan en esta región, principalmente la tortuga golfina (Lepidochelys olivacea), realizan migraciones transoceánicas que a menudo abarcan miles de kilómetros. Un dato asombroso es que estas tortugas tienen una suerte de GPS interno: regresan a la misma playa donde nacieron para desovar, un instinto conocido como filopatría natal. Se cree que este asombroso sentido de orientación se debe a la detección del campo magnético de la Tierra.

Otro hecho fascinante es que el sexo de las crías de tortuga no se determina genéticamente, sino por la temperatura de la arena. Si el nido está en un lugar más cálido, nacerán más hembras, mientras que un ambiente más fresco producirá una mayor cantidad de machos. Este fenómeno, conocido como determinación del sexo por temperatura, hace que la protección de los nidos sea aún más crucial.

La travesía de una tortuga recién nacida es épica y llena de peligros. Por ello, los esfuerzos de conservación locales son vitales. A través de campamentos tortugueros y programas de protección, se recolectan los huevos para protegerlos de depredadores y factores externos, asegurando que el ciclo de vida continúe para las próximas generaciones.

LIBERACIÓN DE CRÍAS 

Participar en la liberación de crías no es solo un acto de conservación; es un momento de magia. Al atardecer, las diminutas tortugas son liberadas sobre la arena. Con cada aleteo, comienzan su carrera hacia las olas. El instinto que las guía es una fuerza de la naturaleza.